¡Alerta, amantes del cine! Se aproxima una sociedad que augura momentos estelares en el celuloide. Así es, nos referimos a la noticia de que
Isabel May se suma a David Corenswet en el film “Mr. Irrelevant”
y esto, camaradas, es la clase de novedad que nos emociona. Si sus nombres individuales ya provocan interés, piensen en ambos compartiendo escenas.
Para quienes han estado desconectados del mundo (es una broma, ¡o quizás no!),
¿Quién es Isabel May?
Isabel May, esa chica que nos cautivó en “1883” con su papel de Elsa Dutton, demostrando una madurez interpretativa asombrosa para su edad, se está consolidando como una de las jóvenes promesas de Hollywood. Su actuación en westerns la ha catapultado a la fama, mostrando una versatilidad que va más allá de un simple personaje. Pensemos en esa narración poética, en esa fuerza interna que transmitía, en cómo logró que sintiéramos cada una de las penurias y esperanzas de Elsa. No solo recitaba líneas; era el personaje. Y no nos olvidemos de su participación en la serie “Alexa & Katie” de Netflix, donde pudimos ver una faceta más ligera pero igual de efectiva. Su capacidad para transitar entre géneros es, sin duda, uno de sus mayores activos. Ha demostrado que puede llevar el peso de una narrativa compleja y, al mismo tiempo, brillar en momentos de comedia. Su elección en “Mr. Irrelevant” no es casualidad; es una apuesta por un talento que ya ha probado su valía. Los críticos la adoran, y el público, ni se diga. Ha sabido construir una carrera sólida paso a paso, seleccionando roles que la desafían y le permiten crecer artísticamente.
¿Será David Corenswet el próximo Hombre de Acero?
Por otro lado, poseemos a David Corenswet, quien se encuentra al borde de un gran despegue, ¡literalmente! Tras su destacada intervención en «The Politician» y «Hollywood» de Ryan Murphy, donde nos dejó queriendo observar más, obtuvo el anhelado rol de Clark Kent/Superman en la siguiente película de James Gunn, «Superman: Legacy». ¡ visualicen el compromiso y la euforia! Esto lo ubica, indudablemente, bajo un examen público masivo. Pero Corenswet no es ningún principiante; ha estado abriéndose camino en el medio por un tiempo, exhibiendo no solo una apariencia física formidable (que es ideal para Superman), sino también una maestría interpretativa que pocos poseen. Su encanto innato y su habilidad para dar vida a personajes intricados y sutiles lo transforman en la selección ideal para una función tan representativa. Su don ha sido sistemáticamente elogiado por los especialistas, y su progreso es una muestra de su entrega y destreza. De ser una joven promesa en las producciones de Murphy a convertirse en el Hombre de Acero, su recorrido es digno de reconocimiento. Ha sabido seleccionar propuestas que lo impulsen, que le permitan investigar diversos matices y que, a largo plazo, lo alisten para desafíos aún más grandes.
Entonces, ¿qué sabemos de “Mr. Irrelevant”?
Ahora, hablemos de la película que los une: “Mr. Irrelevant”. Aún no se han revelado muchísimos detalles sobre la trama, pero el título ya nos da una pista. En el ámbito deportivo, un “Mr. Irrelevant” es el último jugador seleccionado en el *draft* de la NFL. Generalmente, es un jugador del que no se espera mucho, pero que ocasionalmente logra sorprender y hacer una carrera destacada. Esto sugiere que la película podría girar en torno a temas de superación, de ser el ‘desvalido’ que lucha contra viento y marea para demostrar su valía. Piensen en el potencial narrativo: ¿un drama deportivo con toques de comedia? ¿Una historia de amor inesperada en medio de la adversidad? Las posibilidades son infinitas.
La conducción estará al mando de una figura ascendente que ha ido consolidándose; no obstante, los nombres concretos se guardan con total hermetismo, lo que, en realidad, solo acrecienta nuestra curiosidad. Esto usualmente sugiere la búsqueda de una óptica renovada y una visión creativa que escape a los moldes convencionales. El libreto, según se comenta, es una perla escondida que ha circulado por Hollywood durante un tiempo, recibiendo alabanzas internas y despertando grandes esperanzas. Pudiéramos encontrarnos frente a una obra que explora asuntos trascendentales de una forma singular, que conecta con el público sin caer en sermones.
La elección de May y Corenswet como protagonistas es una señal clara de la calidad que se espera del proyecto. Ambos tienen esa chispa, esa química natural que puede elevar cualquier guion. May, con su capacidad para la vulnerabilidad y la fuerza, podría ser ese personaje que lucha por ser visto más allá de las etiquetas. Corenswet, con su porte y su mirada intensa, podría encarnar ese “Mr. Irrelevant” que, contra todo pronóstico, demuestra que los pronósticos no lo son todo.
Visualicen estas situaciones: ¿instantes de alta tensión en el terreno de juego? ¿Interacciones privadas que muestran los deseos ocultos de los protagonistas? ¿Victorias sorprendentes que nos hacen ponernos de pie? Esta película podría ser la narración que nos enseña a no juzgar un libro por su portada (o a un atleta por su posición en el *draft*). Sería una investigación sobre la capacidad de superación del ser humano y cómo la voluntad de vencer transforma a un «don nadie» en un «personaje importante».
Este proyecto se suma a una lista creciente de películas que buscan ofrecer narrativas más auténticas y personajes con los que el público pueda identificarse profundamente. No es solo otro drama deportivo; es la oportunidad de contar una historia de redención, de oportunidades, y de cómo la percepción de los demás a menudo no refleja la realidad de nuestro propio potencial. La combinación de estos dos talentos, en un proyecto con un título tan sugerente, es sin duda un evento a seguir de cerca. Las expectativas son altas, y si la química en pantalla es tan potente como sus respectivas trayectorias lo sugieren, «Mr. Irrelevant» podría convertirse en una de esas películas que nos marcan. Será emocionante ver cómo esta dupla dará vida a una historia que, por su título, ya nos invita a reflexionar sobre el valor y el potencial que reside en cada uno de nosotros, incluso en aquellos a quienes la sociedad etiqueta como «irrelevantes».